11 de Noviembre, 2024
Javiera Berríos, estudiante de cuarto año de Pedagogía en Educación Parvularia, es la fundadora y presidenta de la agrupación “Círculo del Gato Negro”, club de lectura del Campus que cada día logra más adeptos en la comunidad universitaria. Al respecto, asegura que éste se ha convertido en un espacio seguro que les permite conectar con sus emociones en torno a la literatura.
Hace tres años, la joven Javiera Berrios, junto a estudiantes de pregrado y la jefa de la Biblioteca Gabriela Mistral, Cherie Araya, fundaron la agrupación “Círculo del Gato Negro”, la cual nació de la idea de crear una comunidad de lectura que permitiera a sus miembros compartir sus impresiones sobre libros y disfrutar de un ambiente acogedor. La elección del nombre, inspirado en el cuento de Edgar Allan Poe, refleja el deseo de despertar la curiosidad sobre lo que sucede en sus reuniones. “Es un nombre que invita, que te hace pensar ¿Qué serán? ¿A qué se reunirán?”, explica Berrios, actual líder del club.
En sus inicios, el grupo se conformaba por apenas tres o cuatro personas. “Ha ido perdurando por la necesidad de leer, de compartir y pasar un buen rato juntos”, comenta Berrios, quien explica cómo la comunidad se dio a conocer a través de ferias novatas, afiches impresos, boca a boca y redes sociales. Actualmente, el Círculo cuenta con alrededor de 18 integrantes, quienes se reúnen todos los miércoles como club de lectura y todos los jueves como taller de escritura creativa. Este último fue un gran hito en su trayectoria, ya que se convirtieron en la primera iniciativa de Villarrica en formar parte de las agrupaciones sociales de la universidad, gracias a la adjudicación de un fondo concursable que les permite contar con un profesor que guíe el taller.
El grupo agradece el espacio en la Biblioteca Gabriela Mistral y el apoyo de Cherie Araya, quien a su vez destaca el compromiso y constancia de los futuros docentes para mantener el club por tres años, en los cuales no sólo se han reunido a conversar sobre la lectura mensual, compartir juegos de mesa, escribir y más, sino que también han logrado reunirse y generar espacios abiertos a la comunidad de la mano de destacados escritores como María José Ferrada, Alejandro Zambra, Margarita Cepeda Junemann, entre otros.
“Estoy ansioso por lo que pueda venir. Creo que hay que seguir generando instancias como las que tenemos ahora y seguir motivando a la gente para unirse. Hay que seguir creciendo y seguir realizando más actividades”, plantea Joaquín Vega, quien será el nuevo líder del club a partir de 2025 cuando Javiera egrese de la universidad. Asimismo, el estudiante destaca el sentido de unidad que se genera en el Circulo del Gato Negro, así como éste ha aportado a su sentido de pertenencia dentro de la comunidad UC.
Reflexionar desde la emoción es uno de los objetivos de la agrupación y sus integrantes destacan la confianza que se genera y cómo las reuniones se han convertido en un momento de descanso mental, una vía de escape del estrés académico o personal. “Llegamos a la conclusión que el Círculo es como un escape. A veces tenemos la necesidad de que llegue la hora de reunirnos para escapar de todo lo que teníamos en la carga de la semana y muchas veces lo compartimos aquí, que es lo más esperado dentro de la semana” menciona Jade Quintomán, estudiante de primer año, que también destacó cómo el club permitió una inserción universitaria más amena y ha aportado a su formación docente desde el entendimiento a otras formas de interpretación de la lectura y cómo acercar ésta a los niños y niñas.
Finalmente, el grupo invita a toda la comunidad UC a asistir a sus reuniones o a los talleres de escritura creativa, a la vez que anima a todos a abrirse a la lectura y los distintos mundos que ésta permite conocer. “La literatura es útil, en el aula, y más allá del aula como ser humano, porque te hace ser más tolerante y estar abierto a otras formas de comprender el mundo”, comenta Benjamín Barrios, integrante del Círculo, siendo secundado por Cherie Araya, quien agrega que “no estamos acostumbrados a hablar mucho de la emoción, entonces creo que igual es interesante que nos vayamos construyendo como seres humanos dentro de este círculo, pensando también que van a ser personas que van a salir a estudiar o a hacer lo que sea afuera. Y la idea es multiplicar un poco esa semilla de por qué estamos aquí, qué conversamos”.
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